Ausencia de volteretas en el campo del Almería.

Por Sean Thornton.


Madre de dios, qué fin de semana de sensaciones encontradas. Después de conseguir la, probablemente, puntuación más baja de la historia de occidente en un karaoke el viernes, de ver la inmensísima Gran Torino del ejemplo de vida, prócer de la patria y príncipe entre hombres Clint Eastwood el sábado al mediodía, se presentaba un fin de semana futbolero bien majo. El mismo sábado, el Athletic volvió a hacer el ridículo contra un equipo bastante WTF como es el Madrid. Cómo conviven en el mismo vestuario gente tan dispar como Heinze, uno de los pilares del Valladolid ascensor y moldeador con sus nalgas del banquillo de Old Trafford, y Marcelo, por poner a alguien, se me escapa. Bueno joder, que es un equipo muy extraño el Madrid actual. Aún así, jugar contra el Athletic, mi queridísimo ‘el Bilbao’, hoy día es como robarle la cartera a Stevie Wonder : sabes que no te costará demasiado y te lo vas a pasar bien. Qué tonto es Yeste, por amor de dios. Lo que no entiendo es por qué sigue ahí Llorente. Igual que con Forlán en el Atlético de Madrid, da grima ver a tipos brillantes rodeados de mediocres. Como Jardel cuando se financiaba el yeyo vía Oporto o Galatasaray, vaya. Pues nada, cinco que le endosaron. Si hasta Bimba Bosé marcó, mecagüenlaputa. Que el otro día volví a ver el vídeo de ‘amante bandido’ de su tío, el nunca suficientemente bien ponderado Bowie español, y agradecí la amnesia selectiva que hizo que lo olvidara al instante cuando lo vi de crío, qué cáncer de gente.


Basta de dispersión, hablemos de fútbol, que lo que hacen los tuercebotas arriba mencionados es dar burdas patadas al pobre balón que tiene la desgracia de ser usado en el partido. Qué puta la vida del balón, sí. Hablemos del Barça. Ya de entrada, veo que el partido es el domingo a las nueve de la noche. Que dices, mierda, otro lunes a currar con resaca, espero que al menos vea buen juego. Pues sí a todo. Diríjome a mi selecto club de caballeros a las ocho y pico con la noticia de que Hermano y Cacahué empiezan en el banquillo y de que Juno empieza de delantero centro. A ver si esta vez no llora mucho el chaval, iba pensando mientras sorteaba a las hordas de individuos con gafas de pasta y pantalones de pana que los domingos invaden mi barrio y me venían a la cabeza imágenes de Auschwitz-Birkenau, Belsen y Miguel Bosé. Que en principio no está siendo el año del chico es evidente, sería una pena que se avelamazanizara como un Portillo cualquiera. Al menos tiene la mirada limpia, este. Y se le entiende cuando habla, aunque que a alguien le interese lo que tenga que decir un postadolescente albanokosovar o de donde demonios sea, se me escapa.

Vale, llego a las nueve clavadas y tengo mi sitio en la barra, esto funciona. Además es un bar, y donde hay un bar, hay un hogar. Al ver que empieza la cosa con un mediocampo rocoso, con Marvin Gaye y Touré Yayá cubriéndole las espaldas al funcionario Hernández, recuerdo otros partidos poco brillantes del trío, y más cuando al Almería se le supone garra, fuerza y esas cosas que en teoría Hugo Sánchez, cada vez más parecido a un garbanzo, le imprime al equipo. Entradas guarras, vaya. Pues nada de eso. El Almería empezó suave, aunque con un envidiabilísimo orden defensivo y un Saltor que estaba en todas partes, como Munitis antes de convertirse en una persona mayor.

Del escepticismo inicial pasé a la sorpresa de ver cómo el Barcelona controlaba el partido por completo, con un Iniesta superlativo. Si leéis alguna página de fútbol veréis cómo glosan sus virtudes en el regate y el amague, la velocidad de su transición defensa-ataque y otras movidas, pero yo me quedo en que es muy bueno. Que la toca él y sabes que algo prepara el muy cabrón, que no se la quita ni Cristo con un AK47. Como me decían ayer, parecía que estuviera jugando en el colegio con niños cinco años menores, sólo le faltaba sacarse el miembro y conducir el balón con él.


Qué decir del sosías de Nacho Vidal, Dani Alves. Está en todas partes y no se cansa, fijo que tienen que avisarle de que pare de correr de una puta vez cuando se acaba el partido. Ojalá sea evangélico o de una secta de esas rollo Sylvinho, Donato y tal y se conserve así mucho tiempo. Lo que ganaríamos de jugador compensaría sobradamente la brasa que pueda dar hablando.

De los demás, me quedo con Juno, del que no me creo en ningún momento que marcara dos goles. Ya me ha pasado antes recordar cosas absolutamente falsas, ya. O no recordarlas en absoluto. Pero es que los dos goles de ayer sean suyos es algo que no entiendo. El primero yo estaba seguro al 100% de que lo fallaba o chutaba directamente al portero, como siempre. Tenía todas las trazas de fallarlo. Pero entró. Y del segundo, si os acordáis de cuando Deco marcaba de puta chorra después de que la pelota rebotara en dos o tres defensas, el recogepelotas y luego el larguero, aún así marcaba con más conocimiento de causa que el niño este. No me da seguridad en ningún momento y siempre está perdiendo balones tontos. Espero que al menos llore más a menudo, supongo que en sentido homenaje a José Luís Núñez, y nos dé algo de entretenimiento dejando preñada a cualquier tonadillera semianalfabeta, que de delantero centro del Barça no lo veo. Piqué sí me gusto. Especialmente en aquella jugada que sube a rematar y tira al suelo a dos jugadores del equipo contrario. Y sin mala intención, cuidado. Este es de los que se pasa con la priva y te destroza el bar sin querer. Messi, como siempre, un placer verle jugar. Touré tremebundo, lo único que me faltó fue que Pek lo enviara en el descanso a repasarle el lomo al portero del Almería, que el muy cabrón lo paró casi todo.


Al estar todo el pescado vendido, Pek tuvo la deferencia de proporcionar algo de diversión a la gente que había pagado 270 € para entrar en el campo metiendo a Bacalao y al mago del este, el padrino de Minsk, el helado príncipe del fútbol fiesta Aliaksandr ‘Zozobra’ Hleb. Cuando por la radio anunciaron que entraba este unos cuantos sonoros ¡NO! Sonaron aquí y allá en el bar. El otro día decía alguien del Bayern que no querían a Hleb. Te extrañará. Tampoco querrá un cáncer de colon, digo yo. Qué bella la estampa de Hleb entrando en el campo con la mirada perdida y partiéndose la caja, pensando en a saber qué. La deriva mental de este hombre es digna de atención. Con el Bacalao al menos te lo pasas bien viéndolo correr con ese trote cochinero estilo Litmanen e intentando parar después, con la inercia que proporciona ese grandísimo y caribeño, aunque blanco, culo que arrastra. La frase ‘pasarse de frenada’ se compuso para el amigo islandés. Pero con Zozobrito la gracia ya se ha perdido. Joder, si al menos se fuera de alguien, aún, pero se pone a regatearse a sí mismo para luego ¡perder el balón! Espero que compense esos minutos que está molestando en el campo de alguna manera. Que se vaya de misiones al Congo en vacaciones, o algo así, que tiene que tener el karma jodidísimo. Este se reencarna en el virus del sida o algo.


En fin, que me lo pasé bastante bien. Me hubiera gustado ver una voltereta de Hugo Sánchez, al menos, pero supongo que se le caerían las llaves, la cartera, el móvil y tal y no es plan de quedarse buscando las monedas en el césped hasta la noche.

El headlesschickenismo de la afición culé.


Por Sean Thornton.

Mucho derrotismo estoy viendo yo estos días a mi alrededor. Estoy de acuerdo con mucha gente en que la afición del Barça es la peor, ya no de España sino de la Europa civilizada. Fronteras del Ebro aparte, vamos a ver qué es lo que pasa últimamente, dado que no se me puede acusar de veletismo o abrazafarolismo a causa de mis perpetuos insultos a todo lo que vista de azulgrana y en su dni no conste el combo de apellidos 'Sánchez Jara' :

-Andrés Iniesta, O menino de mármol, falta. Y es que es normal, joder. Se acostumbra uno a jugar con un chaval que, aunque de enfermizo aspecto y seguramente poseedor de una cruentísima halitosis, mueve el balón como dios, no sólo sin tener que mirarlo, sino que viene a ser poco menos que imposible quitársela cuando se pone a vacilar regateando, amén de la visión de juego que tiene; y a la que se rompe te ponen al lado a Marvin Gaye, quien probablemente cuando le presentan a alguien se limite a sonreir tímidamente -enseñando, empero, tres palmos cuadrados de dientes- y a asentir como diciendo sí, sí, ya sé cómo va el microondas, ya como caliente sin hacer fuego en el parket sin moverse demasiado de la posición 'descanso'; o al agilísimo Bacalao, imbatido campeón alevín de las rondas 'Arenque + akvavit' en el conocido bar 'Bjork' de Reykjavik. Que viene a ser todo lo que sé de ese pais, aparte de lo que me enseñó Tom Clancy en 'Tormenta roja'. Con eso me basta y no pido más.

-Hermano, ya no presionas como antes. No se puede ir por la vida de esa manera, joder. Que de juguetes rotos está el mundo lleno y de técnica no vas sobrado como para encima no morder como antes y dejar que el otro equipo saque bien el balón. Realmente no sé qué cojones le pasa al tipo este, que hasta hace un mes llevaba un promedio goleador de récord de la hostia y ahora no mete nada. Será por lo de la renovación o la hostia esa. En fin, que más valdrá que se gane el contrato o lo veo jugando en el Inter para nunca más ganar nada y morir horriblemente calcinado en un accidente aéreo provocado por Luis Figo. Al incapacitar, en un fugaz arrebato de locura, al piloto, copiloto y asistente de vuelo -masculino- en pos de un billete rebelde escapado de uno de sus fajos mientras los contaba cantando 'si yo fuera rico', versión Jesús Gil. El resultado son lesiones incompatibles con la vida para toda la plantilla, especialmente Esteban Cambiasso, demostrando así que Dios Nuestro Señor tiene un perverso sentido del humor.

-Friendless Abidal : Triste es de pedir, pero más triste es de robar. Si el sustituto de este siniestro pollo sin cabeza ha de ser un Puyol a pierna cambiada -que, vale, hasta cambiar las bombillas de los focos sin más ayuda que su kung fu podría, pero no es plan- o Sylvinho, a quien le tengo fe pero que el otro día estuvo y no estuvo, mal vamos. Y será atleta de cristo y todo lo que quieras pero está viejo, joder. No quiero verle delante de un extremo calé -cualquiera sirve, de Ronaldo a Joaquín pasando por Quaresma o Sabrosuras- o un Ribery. Quiero, deseo y veo un Yuri Zhirkov en el horizonte. Por favor.

-Valdés. Ouch. Multicines Valdés está nervioso. No sé entonces para qué se inventaron el Valium, el Xanax y demás mierdas. Mi vecino está enganchado como un hijoputa y es el tipo más agradable y tranquilo del mundo. Seguro que hasta podría aguantarle un par de rounds a Sylvinho en una reunión de los vecinos de la escalera para cambiar el ascensor sin alterarse. Pero cuidado, que detrás están Back to the jewelery Jorquera y un extra del rodaje de 'Rocco contra la C.E.E.', ambos de probada inefectividad. Si se ha de gastar uno la pasta pues se la gasta, coño, ni que fueran pobres. Que vendan el Miniestadi, que ya ves tú para lo que sirve, y compren a un Cech o a un Buffon que ya va siendo hora. Qué nostalgia de cuando estaba Ruud Hecs, parándole penalties a Gabi 'Nonsense' Amato y haciendo anuncios del Caprabo con esa sonrisa de buen tipo.

Y esos son los males del Barça a día de hoy, según mi docta opinión. Aparte de las periódicas pájaras de Márquez, que coinciden curiosamente en el tiempo cuando la mujer de Axl Sanz está en 'ese periodo' del mes; el ostracismo de Juno, que a este paso se va a ver obligado a cambiar la línea editorial de sus libros y, de dar consejos sobre cómo sobrellevar un embarazo adolescente, pasará a sacar una línea de libros infantiles empezando la serie con un 'Dónde está Bojan' como primer volumen para luego seguir con, como en los libros de Teo, 'Bojan en el zoo', 'Bojan en el puerto', 'Bojan en el Riviera' y así, a ver si consigue algún día que Pek se fije en él fuera del recinto de duchas y masajes del Camp Nou. Bueno, y más que se me ocurrirán, pero ya va siendo la hora de salir del curro y tengo un par de barmans que mantener.